Sin duda, todo el esfuerzo y entusiasmo invertidos por los actores involucrados que se comprometieron para cumplir con el mandato establecido derivaron en un gran logro para México: lograr la transición en los tiempos y formas previstos por la Constitución, la LFTyR la Política TDT y demás instrumentos normativos que constituyeron la política pública que el Estado Mexicano estableció para ello, garantizando la continuidad del servicio de televisión radiodifundida, así como la recepción de las señales digitales, con especial atención en los hogares de escasos recursos, en donde se alcanzó un 95.3% de penetración con los televisores entregados por la SCT, superior al mínimo de 90% requerido.

Esa conclusión implicó además la liberación oportuna de la banda de 700 MHz conocida como el Primer Dividendo Digital, que es el segmento superior de la Banda UHF –comprendida entre los 698-806MHz-, asignado posteriormente a otro de los proyectos estratégicos de la reforma en telecomunicaciones, que es la Red Compartida, ya que antes de la transición algunas porciones de esta banda estaban ocupadas por canales de televisión, los cuales fueron reubicados y, con ello, se liberaron 108 MHz del espectro radioeléctrico.

En materia de radiodifusión, se abrió el mercado a la entrada de más Concesionarios, se logró el fortalecimiento tecnológico, brindar certeza jurídica y la posibilidad de tener mayor pluralidad, competencia y diversidad. Con ello, los beneficios para las audiencias, los productores de contenidos, la industria y para el país en general, se reflejarán de forma cada vez más tangible en la mejora de los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones:

Más diversidad en contenidos (multiprogramación)

  • La digitalización permite transmitir varios canales de programación en el mismo canal de transmisión, haciendo un mejor uso de la capacidad del espectro. Esto se logró gracias a los continuos avances en procesamiento de señales, en particular de los sistemas de codificación y compresión de video.
  • Se abrió la puerta para que los productores de contenidos que no cuentan con concesiones de canales de televisión tengan acceso.
  • A diciembre de 2016 se autorizó el acceso a la multiprogramación a 251 estaciones de televisión, beneficiando a las audiencias con más de 454 canales de programación adicionales.

Más canales y mayor competencia

  • En 2015 se licitó una nueva cadena nacional de televisión, Imagen Televisión, que desde octubre de 2016 transmite en diversas zonas del país.
  • En 2017 se licitarían 148 nuevos canales de televisión digital, que en conjunto pueden configurar una cadena nacional de televisión, cadenas regionales, o bien, canales individuales en localidades muy específicas. Esto es un incentivo a la competencia en la provisión de servicios de televisión abierta y podría generar nuevos espacios para que pequeñas empresas cuenten con acceso a la publicidad en televisión radiodifundida.

Actualmente algunas cadenas nacionales incluyen el servicio de Lengua de Señas Mexicana, con lo que la televisión sigue transformándose en beneficio de las audiencias.

Más servicios en pantalla

  • Posibilidad de imágenes panorámicas.
  • Guía electrónica de programación.
  • Opción de subtítulos ocultos y audiodescripción del audio.
  • Selección del idioma del audio.
  • Traducciones al lenguaje de señas.

Más claridad en el orden de los canales

Con la realización de transmisiones digitales se generó, a su vez, la posibilidad de utilizar Canales Virtuales, por lo que, el Instituto -como parte de la política generada para la transición a la TDT-, asignó a todos los Concesionarios del país los números de canal virtual que deben utilizar en adelante, en beneficio directo tanto de las audiencias -a quienes se brindó mayor claridad para la ubicación y posterior recepción de la programación de su elección- como de los propios Concesionarios, a quienes también se otorgó mayor certeza jurídica sobre la identidad programática de los canales de televisión, generada a lo largo de sus años de operación, o bien, para que sea parte de la identidad tanto de los canales asignados a nuevas estaciones, como de nuevos canales multiprogramados.

  • La asignación de canales virtuales a 727 estaciones de televisión se reflejó en el reordenamiento de canales que se llevó a cabo en octubre de 2016.
  • Se buscó generar una identificación más eficiente de la programación por contenido de tipo nacional, regional o local.
  • Se evitarán “interferencias” lógicas por el uso del mismo canal virtual en un mismo ámbito geográfico, evitando complicaciones para su sintonización por parte de los usuarios.

Hoy en día la televisión radiodifundida ofrece a las audiencias aquellos atributos por los que antes se contrataba el servicio de TV de paga: mejor calidad de audio e imagen, una mayor oferta de canales de programación, la guía de programación y la posibilidad de disfrutar canales en alta definición (HD) sin pagar por ellos. Además la TDT permite la transmisión de Subtitulaje Oculto, lo que claramente beneficiará a las audiencias con alguna discapacidad auditiva, al hacer accesibles sus contenidos.

María Lizarraga Iriarte
Titular de la Unidad de Medios y Contenidos Audiovisuales, IFT

Beneficios para el sector de telecomunicaciones

La Red Compartida es una red mayorista que busca incrementar la cobertura de servicios de telecomunicaciones principalmente al estándar de transmisiones 4G LTE para garantizar la conexión en todo el país..

A partir de la Reforma Constitucional, otra de las razones por las cuales la transición a la TDT tenía prioridad era porque debía liberar la porción de la banda de 700 MHz del espectro radioeléctrico que sería utilizada para la Red Compartida.

La Red Compartida es una red mayorista de servicios móviles que ofrecerá capacidad de datos a otros operadores de redes móviles y a operadores móviles virtuales, a través de nuevos modelos de negocio que permitan aprovechar una infraestructura nacional de tecnología LTE (4G), para brindar el servicio en donde su infraestructura no está disponible, o bien, en donde se pretenda mejorar los servicios existentes, como puede ser la optimización de servicios de salud, educación y transporte. Esta red venderá todas sus capacidades y servicios, de manera desagregada y no discriminatoria, únicamente a operadores con infraestructura y a operadores virtuales, por lo tanto, no competirá con sus clientes, ya que no venderá servicios directamente a los usuarios finales.

Para el despliegue del proyecto, a principios de 2017 se conformó la primera Asociación Público-Privada autofinanciable del sector, con el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (PROMTEL), Telecomunicaciones de México (TELECOMM), ambos organismos descentralizados de la SCT y el consorcio Altán Redes.

Por lo anterior, de los 402 MHz destinados a radiodifusión de señales de televisión en el espectro radioeléctrico, se liberaron 108 MHz en la banda de 700 MHz, de los cuales 90 MHz se utilizarán para la Red Compartida:

  • Los operadores cuenten con mayor cobertura y capacidad para poder ofrecer más y mejores servicios.
  • La conectividad mejorará y, en consecuencia, los servicios de telefonía e Internet de banda ancha móvil.
  • El acceso a Internet móvil será cada vez más veloz, con mayor cobertura, mayor calidad y más barato.
  • La oferta de servicios de banda ancha se generará en zonas que actualmente no tienen servicios.
  • Las condiciones de competencia y libre concurrencia en el mercado de las telecomunicaciones seguirán fortaleciéndose, lo que detonará la inversión nacional y extranjera.

La red compartida sin duda ayudará a que los operadores puedan brindar un mejor servicio para los usuarios... Ahora ya estamos trabajando incluso en el segundo Dividendo Digital. Como Instituto, tenemos muy claro hacia dónde queremos ir en materia de espectro.

Mario Germán Fromow Rangel
Comisionado, IFT

Lecciones aprendidas

Todos los actores involucrados reconocen una serie de acciones estratégicas que en su conjunto contribuyeron al cese de transmisiones analógicas:


  • La planeación, detección y atención oportuna de riesgos y oportunidades, como el haber adaptado la estrategia de comunicación considerando los tiempos de elecciones, o el programa de apoyo a las estaciones de Baja Potencia.

  • La voluntad política y el liderazgo para cumplir con las funciones y los tiempos, con un reconocimiento por haber elevado a rango constitucional la fecha de cese de transmisiones, así como por haber creado un Instituto con carácter autónomo.

  • La exitosa coordinación con todos los actores necesarios para el proceso: autoridades, Concesionarios y Permisionarios, medios de comunicación, fabricantes y distribuidores.

  • La estrategia de comunicación que permitió que la población contara con la información, tanto de los beneficios de la transición como de aquella que le permitiera prepararse para la transición.

  • Finalmente, el detallado registro de la experiencia de los hogares, a través de encuestas para medir la reacción inmediata, así como el seguimiento que se llevó a cabo luego de un cierto periodo, lo que permitió conocer cómo fue la adaptación de la ciudadanía a la nueva tecnología.

La transición a la TDT da cuenta de una nueva realidad digital con más y mejores servicios para las audiencias, una realidad que es producto de no haber sucumbido a la tentación de preservar el status quo, en la que se cumple con un mandato constitucional (…) y al hacerlo se genera certidumbre para la inversión y para las audiencias. Una realidad en la que prevalece el Estado de Derecho.

Gabriel Contreras Saldívar
Comisionado Presidente, IFT

Mensaje final

Para el Instituto Federal de Telecomunicaciones la transición a la Televisión Digital Terrestre representa un logro de todos los involucrados y constituye un parteaguas para el servicio de televisión radiodifundida en México, dado que sentó las bases para generar una mayor competencia en este sector que durante mucho tiempo permaneció casi estático, en términos de nuevas concesiones comerciales.

Al tratarse de un proceso novedoso y desafiante para todos los países, el Estado Mexicano identificó, atendió y adaptó a su contexto, aspectos clave como la definición oportuna y consensuada del estándar de transmisión; la asignación de la fecha cierta para la conclusión de transmisiones analógicas y su establecimiento a nivel constitucional; la determinación de responsabilidades y coordinación de los actores necesarios; la implementación del proyecto piloto, cuyas lecciones se aplicaron; la flexibilidad respecto de ceses de transmisiones anticipados y para las estaciones y equipos complementarios de baja potencia; la comunicación, tanto con los actores, como con la población; así como todos los aspectos relacionados con la transmisión y recepción de las señales.

Adicionalmente, se aprovecharon oportunidades como el ordenamiento de canales virtuales para un mejor reconocimiento por parte de las audiencias y la actualización de reglas para la modalidad de multiprogramación; mientras que en el marco de la reforma constitucional, las licitaciones y generación de lineamientos claros para el otorgamiento transparente de concesiones, determinan en su conjunto la posibilidad de transmisión y acceso a más canales de programación.

En ese sentido, la competencia se presenta cada vez más desafiante para concesionarios, productores, publicistas -y en general, todos aquellos quienes contribuyen a la creación de contenidos-, en la medida en la que aparecen nuevos competidores, formas y dispositivos para acceder a la televisión, así como cambios generacionales, que en su conjunto impactan en el consumo de contenidos.

Por todo lo anterior, es evidente que el mercado de televisión abierta se está transformando y que recibió un impulso fundamental por el efecto decisivo de la actualización tecnológica, generando además beneficios para todos los involucrados.

Por ello, si bien se cuenta ya con acceso a un servicio de televisión radiodifundida con mejor calidad técnica, se seguirán fortaleciendo los mecanismos que garanticen una mayor pluralidad de emisores, opiniones y diversidad de contenidos, a fin de contribuir a la función social que cumple el servicio de televisión en un sistema democrático, a la vez que se avanza en la convergencia con los servicios de telecomunicaciones.